En estos días que se discute la tasa de impuesto a la renta para las Zonas Económicas Especiales Privadas (ZEEP), iniciativa incluida en el Plan de Competitividad de 2019, resulta sorprendente que líderes gremiales aboguen por una exoneración total por 5 años, es decir, una tasa de 0%.
Arguyen que si la tasa no es 0%, nadie vendrá a invertir. Y el Congreso parece ir en esa línea. Craso error.
Hay varios argumentos que destruyen esa línea de pensamiento. Entre ellos, que la competencia fiscal no suele ser la variable decisoria para ese tipo de inversiones, pues hay evidencia al respecto: la logística y calidad de la mano de obra sí lo son.
Además, en el caso de Chancay (incluido en el proyecto de ley presentado en el Congreso), se está ofreciendo cercanía a un puerto de clase mundial con conexión directa a la China.
Con un operador logístico privado, de primera línea, las empresas multinacionales se van a pelear por venir para aprovechar las ventajas portuarias (y accesos futuros) que estamos ofreciendo.
Sólo esos hechos deberían ser suficientes para imponer una tasa que considero debe ser 15% por un plazo largo de años, desde el inicio. Además, se contaría con depreciación acelerada que ayudaría a las empresas en su carga tributaria durante los primeros años.
Pero hay otro argumento aún mas potente. Como se sabe, en 2021 unos 137 países (90% del PBI mundial) firmaron la “Declaración sobre el enfoque de dos pilares para abordar los desafíos fiscales derivados de la digitalización de la economía”, la cual garantiza que las grandes empresas multinacionales (las que querríamos atraer) estén sujetas a una tasa impositiva mínima del 15%.
Esto significa que si nosotros ponemos una tasa de 0%, estas empresas pagarían igual el 15% en su país de origen o en otro país donde tengan operaciones.
Por ello, al gran inversionista (multinacionales) le da lo mismo la tasa peruana siempre que sea igual o menor al 15%, porque siempre pagarán 15%. El tema es quién lo cobra.
En otras palabras, seríamos demasiado “buena gente” con los países de donde provengan las inversiones.
Les vamos a regalar los impuestos que deberíamos cobrar nosotros y que son tan necesarios, especialmente con un déficit que ya superaría el 4% del PBI. ¿Están nuestros líderes a tanto de esto? ¡Deberían! Para así actuar en defensa de nuestros intereses.
Este análisis se centra solo en el tratamiento del impuesto a la renta. Pero también es cierto que hay otros temas por revisar en el dictamen que circula en el Congreso.
Por ejemplo, no se específica el tratamiento exclusivo de la producción de las ZEEP para la exportación. Así, podrías tener una empresa en la Zonas Económicas Especiales Privadas con 0% de IR y que vende en el mercado peruano, creándose una competencia desleal para la industria nacional.
Tampoco se habla de otro tipo de impuestos, como el predial o a los dividendos (al menos en la versión que he revisado). En suma, las autoridades deben tomarse el tiempo de revisar prolijamente este asunto, que, por lo demás, apoyo en su concepción inicial y por eso se incluyó en el Plan de Competitividad de 2019.
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