Luego de retroceder escalones en el grado de inversión por la elevada incertidumbre política, Perú ahora tiene una “frágil estabilidad” política. Para la agencia de calificación internacional Moody’s, hoy el principal riesgo está en los incumplimientos fiscales.
Índice.pe conversó con el vicepresidente de Riesgo Soberano de Moody’s, Jaime Reusche, y analiza la situación del Perú para mantener o tratar de mejorar su calificación crediticia.
¿Cuál es la calificación de Perú y por qué está en ese nivel?
Tenemos una calificación para Perú de Baa1, que es la segunda más alta de Latinoamérica. Chile tiene una calificación de A2, Perú junto con Uruguay, tienen calificación de Baa11 que está dentro del grado de inversión, o la nirvana financiera, donde los costos para fondearte, típicamente son mucho más bajos que para otros países que no tienen ese grado de inversión. Entonces Perú está tres escalones dentro del grado de inversión.
Antiguamente y antes del gobierno de Pedro Castillo, Perú tenía una calificación un peldaño más alta, cuatro niveles dentro del grado de inversión, a nivel de A3, mordiéndole los talones a Chile, pero ahora se ha distanciado.
Perú tenía una perspectiva negativa y la pasaron a estable en julio ¿Qué influyó en esa decisión?
Como bien dices, teníamos una perspectiva negativa sobre la calificación, más que nada como reflejo de lo que estaba pasando en el 2023, donde teníamos una recesión económica, un déficit que se ensanchaba y las protestas sociales, que junto con los shocks climáticos golpearon muy fuerte la economía.
Este año, conforme hemos visto que estos shocks se han ido disipando y el espacio fiscal del Perú sigue relativamente saludable y robusto, le cambiamos esa perspectiva negativa y la revertimos a estable, indicando que la calificación muy probablemente se va a mantener en el nivel actual, por lo menos en el corto plazo.
¿Cuándo es la próxima revisión de la calificación crediticia de Perú?
En el caso de Moody’s, la revisión se puede dar en cualquier momento, es una revisión continua, pero típicamente si es que vamos a hacer cambios en la calificación, nos gusta primero hacer una reunión in situ, visitar el país, reunirnos con las autoridades, reunirnos con el sector privado y entender qué es lo que está pasando, estudiar más a fondo todos los temas fiscales, económicos, financieros del país.
En ese sentido no tocaría una visita hasta el próximo año, estas visitas se hacen una vez al año, pero continuamente tenemos contacto con las autoridades, con la gente del MEF, con la gente del Banco Central.
¿No hay una fecha establecida para revisar la calificación?
No hay una fecha específica. Como te digo, es un análisis continuo. Podría gatillarse, pero, habría que analizar qué es lo que está pasando específicamente en ese caso y estudiar cuáles son las repercusiones de un shock político, un shock económico o un shock fiscal y ver si es que sí afectan la calificación o el perfil crediticio del país de tal modo que amerite un cambio de perspectiva o calificación.
Los retos de Perú para mejorar la calificación de Moody’s
¿Cuál es el reto que tiene el Perú para mantener su calificación o mejorarla? Aunque si esto último parece más complicado.
Mejorarla, como bien dices, va a ser todo un reto, habría que revertir mucho el deterioro fiscal que hemos visto y tendríamos que ver un retorno del crecimiento robusto que veíamos en años anteriores y eso necesitaría reformas económicas. Creo que en este momento el país no está tanto para eso.
Es más que nada un tema de luchar para mantener la calificación actual. El principal reto en este momento es el déficit fiscal que está bastante ancho. En ocasiones anteriores los retos han sido más que nada de naturaleza política y acá lo curioso es que se han juntado un poco estos dos retos.
Precisamente el déficit fiscal a octubre está en 4.1% del PBI, lejos de la meta fiscal del 2024 que es de 2.8%, y es la tasa más alta de 1992. ¿Es extraño ver este nivel de incumplimiento en el Perú?
Totalmente raro. Es un déficit bastante incómodo para lo que siempre se le ha conocido al Perú que es esa responsabilidad fiscal y esto como que está marcando un cambio que deja un sabor bastante amargo en la boca y que te dice que este déficit si bien no es tan grande en términos comparativos de la región, (México tiene un déficit de 5%, Colombia de 5%, Brasil de 7%), pero estos son países que tienen calificaciones mucho más bajas que el Perú, en ese sentido el déficit no es tan grande en términos comparativos pero sí en términos históricos.
¿Genera preocupación?
Genera un poco de preocupación para los analistas que siguen al Perú y que tienen ese conocimiento de que lo que lo diferenciaba de otros países era esa tendencia, la responsabilidad fiscal a ser muy cauto con el manejo fiscal. Este nivel de déficit es bastante incómodo y podría llegar a ser preocupante si es que no empieza a bajar.
La idea que tenemos es que el próximo año debería bajar el déficit por más que no se haga mucho desde el MEF o desde el Gobierno, por el hecho de que debería de darse una consolidación pasiva por un rebote de los ingresos fiscales, o por lo menos eso es lo que lo que tenemos proyectado nosotros.
Si están viendo bajar el déficit fiscal recién el próximo año ¿El 2024 seguirá alto y se incumplirá otra vez la regla?
No parece para nada probable que se llegue a cumplir la meta, nosotros incluso ya desde hace varios meses, desde agosto, estamos proyectando que el déficit iba a cerrar este año en 3.3% del PBI y es posible que nos quedemos cortos.
Esto tiende más a un 3.8 que un 2.8 para este año, sería verdaderamente algo distinto para el Perú haberse pasado de su meta fiscal por un punto entero del PBI, que es un margen bastante grande.
A Perú se le caracterizaba como un país que siempre cumplía con su regla fiscal, o bueno, la mayoría de los casos en los últimos 20 años solo habían cumplido una o dos veces antes del año pasado. Este sería el segundo año consecutivo que se pasa de su meta fiscal y encima por una brecha bastante amplia de, por lo menos, un 1% del PBI.
Eso nos dice que hay que tener mucho cuidado y hay que seguir observando el déficit fiscal. Esperamos que el próximo año reboten los ingresos, pero este año sí va a ser un año perdido en términos fiscales.
La política reduce su peso en evaluación de riesgo
Cuando se redujo la calificación crediticia de Perú, la inestabilidad política fue crucial para la decisión ¿Qué tanto pesa hoy la política en la evaluación de la nota peruana?
Ha bajado un poco el peso de la parte política. Hay una frágil estabilidad política que se ha forjado entre el Congreso y el Ejecutivo, y ya no vemos que haya tanta volatilidad o tanto riesgo de volatilidad intensa como la que vivimos durante el gobierno de Pedro Castillo y que gatilló riesgos sociales, cosa que en Perú antes eso había estado bastante contenido.
Perú siempre ha tenido micro protestas o micro conflictos sociales, pero el año pasado eso cambió por el hecho de que tuviste protestas casi a una escala, no exactamente nacional, pero casi, algo que no había pasado en el Perú antes. Eso sí había pasado por ejemplo en Chile, en Colombia, en Panamá, en otros países de la región, y Perú se distinguía por no haber tenido protestas a esa escala, sin embargo el año pasado eso sucedió.
Esa estabilidad relativa que tenemos en este momento en el ámbito político, sí nos ha causado un poco más de calma, pero estamos a puertas de entrar a un periodo electoral donde siempre se genera algo de ruido y de incertidumbre, pero queremos creer que todavía esa volatilidad o incertidumbre no se va a volver muy intensa.
¿Cómo ven en Moody’s la participación del sector privado en medio de esta “frágil estabilidad política”? Porque se ve una mejora de la confianza empresarial.
Nos ha sorprendido un poco el optimismo del sector privado. Si bien los indicadores (de confianza empresarial) están en terreno positivo, pero no tan positivo. Sí se siente un alivio de parte del sector privado.
Cuando antes veías los indicadores de confianza del sector privado en el tramo positivo, igual sentías que la gente andaba un poco negativa, que las empresas se estaban quejando de varios temas, desde el 2021 las expectativas se fueron a terreno pesimista, fuertemente pesimista, y estuvieron clavadas en terreno pesimista casi dos años y pico, y recién este año que repuntaron están ligeramente positivas, pero no tanto como antes
Sin embargo lo que se siente del sector privado es que hay bastante más optimismo de lo que sugieren las cifras. Y nos preguntábamos, bueno, ¿es optimismo o en realidad es alivio? Y en efecto, es alivio.
¿Alivio o resignación?
Puede que sea algo de resignación. Pero sea alivio, o sea optimismo, o sea resignación, nos quedamos con lo que tenemos, y honestamente esto nos dice que hay un mensaje bonito detrás de toda esta volatilidad, de todas estas protestas, que es que el sector privado en Perú es aguerrido.
Se enfrentan a un estado ultra burocrático, a las protestas sociales, a todo el riesgo político, una clase política nefasta, y sin embargo siguen ejerciendo su actividad y siguen teniendo algo de confianza en el país, y eso hay que reconocerlo.
Ojalá tengamos un mejor gobierno luego de las siguientes elecciones, y el sector privado pueda seguir creando empleo, pueda seguir moviendo la economía del país. Y cuando estamos hablando del sector privado es a todo nivel, no solo la gran empresa, sino el microempresario que se pelea o se enfrenta a las trabas burocráticas de los gobiernos regionales, municipales, y todos los retos que están enfrentando ahora, incluyendo el de la inseguridad.
Con todo este escenario ¿Cuánto estiman que crecerá la economía este año y el 2025?
Para este año estamos esperando un crecimiento de 3.1% y similar para el próximo año, en 3.1%. El rebote ha venido bastante mejor en la segunda mitad del año que en la primera mitad, por eso hemos revisado el alza de nuestra proyección de crecimiento para este año que la teníamos en 2.7%.
¿El crecimiento es básicamente por rebote? Tiene sentido, porque el año pasado casi todos los meses el PBI estuvo en negativo…
Es cierto, es rebote este año, y el próximo año 3.1% todavía tienes un poco de impulso, porque hay una brecha del producto, tienes más espacio de rebote. Por eso que vemos que el crecimiento esté en 3.1 el 2025, en vez del crecimiento potencial de 2.5% de la economía.
Y sí, es rebote, no es nada para celebrar. Pero nuevamente, es un tema de alivio y todo es relativo. Honestamente, como estaban las cosas en el 2022 y en el 2023, mal que bien la economía se va enrumbando poco a poco.
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