La Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat) informó que la recaudación tributaria del año 2024 alcanzó los S/155.756 millones, importe que representa un crecimiento real del 3,3%, es decir S/8.510 millones más, respecto a lo obtenido en el 2023.
Sin embargo, el 2023 representó un duro revés para los ingresos tributarios del país, pues como consecuencia de la desaceleración económica, el producto bruto interno cayó en -0,55% (el peor resultado desde 1998, sin considerar la pandemia), y los ingresos netos del Gobierno Central experimentaron una profunda caída de 12,3%, o unos S/10.000 millones menos que en el 2022.
Esto demuestra que el repunte de la recaudación tributaria del 2024 fue insuficiente para revertir las pérdidas acumuladas el año anterior.
Es por esta razón que hablar de un crecimiento en la recaudación tributaria de apenas 3,3% en 2024 no representa una recuperación de los ingresos tributarios como tal y mucho menos configuran niveles suficientes para el Perú, según opinan expertos consultados por Índice.
Solo en diciembre del 2024, la recaudación tributaria alcanzó los S/14.872 millones, registrando un crecimiento de 26,3% respecto de similar mes del año 2023, siendo esta la tasa de crecimiento de recaudación más alta de los últimos 32 meses, destacó la Sunat.
Recuperación por medidas extraordinarias
Dentro de los factores determinantes para un potente cierre del 2024 de los ingresos tributarios, la Sunat subraya las acciones de mejora del cumplimiento por parte de la administración tributaria, que alcanzaron los S/3.511 millones adicionales generados, principalmente, en el último trimestre del año, “ya sea en materia de facilitación del cumplimiento como de control tributario y recuperación de deuda”.
Así, agrega Sunat, destacan la mayor recaudación obtenida por la eficiencia en los procesos de gestión de la deuda declarada, cobranza y resolución de impugnaciones, así como el incremento de la recaudación a partir del control de sectores con altos índices de informalidad y el amplio despliegue de asistencia al acogimiento del Fraccionamiento Especial, cuyo resultado superó lo estimado.
Es justamente la naturaleza de estas medidas lo que constituye un “espejismo” frente a una verdadera recuperación de la recaudación, en opinión de Jesús Ramos Angeles, asesor tributario y profesor de la Universidad Pacífico y docente de Esan.
El experto reconoce que, en efecto un punto a favor de la recaudación en 2024 ha sido la recuperación de la economía (el PBI habría crecido alrededor de 3,2% y la demanda interna en 3,4%). Esto se refleja en una mayor recaudación del cumplimiento de las empresas y contribuyentes.
Empero, un segundo aspecto toma en cuenta justamente las medidas extraordinarias del gobierno en cuanto a fraccionamientos o amnistías que requieren pagar para acogerse, “lo cual no es usual o no es una cuestión ordinaria”, anotó Ramos.
Un tercer sustento del resultado del 2024, detalla el especialista, es un aumento en la presión fiscal de la Sunat, entendido como medidas de fiscalización más agresivas, “pero no necesariamente en equilibrio de condiciones con los contribuyentes”.
Ramos explicó que en 2024, se observó un aumento de cobranzas mediante medidas cautelares, es decir, un embargo antes que empezar a discutir con la Sunat. “La Sunat te cobra, congela cuentas y luego tú puedes discutir pero de esa manera se genera un aumento virtual de la recaudación. No creo que sea la razón del aumento total (en la recaudación) pero es un ejemplo de las acciones de Sunat”, remarcó.
“Se puede aumentar en la recaudación, y una parte de ese aumento se debe a medidas buenas de Sunat, en las cuales trabajó mejor, pero no necesariamente recaudar más significa ser más justos”, subrayó.
Avance insuficiente
El avance de la recaudación de tributos en 2024, comparado con la presión tributaria (históricamente por debajo del 15% en promedio) hace que este progreso sea mediocre, pues no sirve para cubrir espacios de inversión pública, formación de capital, construir hospitales de alta proyección, y otros, en opinión de Eduardo Recoba, economista principal para Latinoamérica y España en iFOREX LATAM.
“El dato frío es insuficiente, porque no cuenta toda la historia. Necesitamos entre 18% y 20% del PBI de presión tributaria y nuestro frente fiscal se viene deteriorando desde el 2021”, anotó el economista.
Según datos preliminares se estima que la presión tributaria en 2024 fue del orden del 15%, considerando que a octubre estaba en alrededor del 14%.
Respecto al resto de países de la región, en general, se observa que los Ingresos del Gobierno Central en el Perú (como porcentaje de PBI) son inferiores a muchos países de Latinoamérica, como Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. Asimismo, los ingresos tributarios del Perú -como porcentaje del PBI- están bastante más alejados del promedio de los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Por ello, Recoba advierte que la vulnerabilidad fiscal que vive el país desde hace tres años, se ha profundizado con medidas de exoneraciones y exenciones tributarias, otorgadas tanto por el Congreso como desde el Ejecutivo.
En 2024, estima el economista, dejaron de ingresar a la caja fiscal alrededor de S/50.000 millones, sin contar las grandes deudas que la banca, mineras y empresas de telecomunicaciones mantienen con la Sunat.
Lo que viene para el 2025
Recoba aseguró que el escenario fiscal para el 2025 es que, gracias al Congreso, se dejarán de percibir en términos de ingresos más o menos S/23.000 millones, que representa un 10% del presupuesto general de la república.
A pesar de esta realidad, Ramos Angeles, confía en que los ingresos tributarios en 2025 aumentarán respecto al 2024, ello debido a que medidas como la amnistía tributaria o el fraccionamiento tributario tendrán efecto durante el corriente.
“Además porque la Sunat está implacable, en relación a la recaudación. En mis casi 20 años de atender empresas, la autoridad tributaria nunca ha sido tan vehemente en buscar donde sea recaudar en las empresas, en fiscalizar, en mandar cartas, en cruces de información muy novedosos, fiscalizaciones muy acuciosas. Es la mejor Sunat en términos de recursos humanos y capacidad de fiscalización”, destacó el experto.
Sin embargo, esta política de Sunat haría que el 2025 sea un año lleno de conflictividad. Ramos adelantó que si bien será un año de mayor ingreso en la recaudación, pero producto de mayor presión tributaria, y mayores fiscalizaciones, derivará en mayores impugnaciones, por tanto, más carga procesal.
